Poco tengo que decir sobre esta carrera, la verdad que los mejores momentos de esta carrera no se produjeron en los 31:58 minutos que duró, sino antes y después. Antes, porque Aida se portó muy bien conmigo, demasiado, me fue a buscar el viernes a la estación de autobuses de Santander y me llevó a Laredo, donde después cenamos, regalándome su conversación y su compañía. Muchas gracias, de verdad.
También he dicho que después y es que, nada más terminar la carrera y antes de coger un bus con destino a un día inolvidable, tuve el placer de charlar con dos magníficos atletas y mejores personas, el incombustible Sergio Fernandez Infestas y el grandísimo Fabian Roncero.
Sobre la carrera poco que decir salvo que me encontré mal desde el kilómetro 3, cansado muscularmente y físicamente. También un poco psicológicamente, pero ese será el motivo de otra entrada. Ahora no me queda sino descansar esta semana y comenzar a entrenar la que viene con ilusiones y objetivos renovados. El obstáculos nos espera y pensándolo fríamente, como me decía el otro día mi amigo Dani Lazo, el invierno ha sido bueno y con el tiempo valoraré más las cosas que estoy haciendo.
Un saludo
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