jueves, 21 de marzo de 2013

8000 razones más.....

Si algo me ha enseñado la vida, es que las penas y las olas nunca vienen solas. Jamás se me ocurrió pensar mientras maldecía mi mala suerte por caerme en el Campeonato de España de clubs en Oropesa de Mar que ese traspiés sería el menor de todos los males que me sucederían este ya fatídico para mí, mes de Marzo.

Dos semanas después de esta carrera, que pude finalizar en un mediocre 77º puesto volvía a cruzarse en mi camino ese gato negro que últimamente no cesa en su empeño de hacer que mis planes no se cumplan. Con la maleta hecha el día antes, quizás fue la primera vez en mi vida que he tenido la maleta preparada un día antes de viajar, llena de ilusión, de ganas de participar en mi 2º Campeonato de España de Cross consecutivo, con un estado de forma sino excelente muy muy bueno fruto del trabajo y el esfuerzo tanto de mí como de Guillermo, mi entrenador y sobre todo, llena de una continuidad en los entrenamientos que en estos instantes mientras tecleo el ordenador está seriamente en peligro, siendo sinceros, esta continuidad se romperá cuando me operen la semana que viene o dentro de dos, por cuanto tiempo os preguntareis, no lo se, tendré que cambiar los objetivos que me había planteado para la temporada de verano, tampoco lo se. Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos por partes.

Con la maleta preparada desde el día antes como os decía, llena de cosas por demostrar me dispuse a salir de casa no sin antes cambiar mi cartera vieja por otra nueva que no tuviera un agujero en su monedero. Esa insignificante acción fue la que hizo que no pudiera participar en el que para mí era el objetivo de la temporada invernal y por el que estuvimos trabajando desde Septiembre, hacer un buen papel en el Cto. de España de cross. Al cambiar la cartera pensé que toda la documentación que llevaba en la cartera vieja, incluido el DNI se habría quedado en casa y cuando en el aeropuerto me pidieron éste yo contesté que no lo tenía y la compañía del vuelo Ryanair no me dejó subir al avión. Que después os diga que nada más salir del aeropuerto me encontrara mi vieja cartera con mi DNI en el bolsillo izquierdo de mi cazadora creo que carece de importancia y solo viene a corroborar lo que ya os he dicho, me bloqueé debido a los nervios y no fui capaz ni de mirar en mis propios bolsillos.

Si esto os ha parecido gracioso ir a por un pañuelo para secaros las lágrimas porque he dejado lo mejor para el final. Guillermo y yo al no poder correr en Granollers decidimos estirar la temporada hasta Laredo y refrendar así mi buen estado de forma. El sábado nos plantamos en la línea de salida Ruben Martinez, Jorge Blanco, Eduardo Valcarce, Guillermo García y yo junto con otros 1500 corredores que tras el pistoletazo de salida me pasaron literalmente por encima.

Para mí los 10 Km de Laredo están demasiado masificados, hemos llegado a un punto en el que prima la cantidad frente a la calidad, pensamos que más atletas es mejor para todos y nos hemos olvidado, o mejor dicho, los organizadores se han olvidado de que en el atletismo la calidad y los servicios deben de ser tan importante como la cantidad. Al corredor hay que ponerle las cosas lo más fácil posible para que sólo se preocupe de correr nuestra carrera, que no es poco y que tamaño número de inscripciones no repercutan negativamente en los servicios y en el trato al atleta. Hace años que la salida de los 10 km de Laredo se convirtió en una trampa, porque no decirlo, mortal, un embudo peligrosísimo y una negligencia de la organización que no se dio cuenta o no quiso darse cuenta que no es lo mismo que salgan 500 atletas en una calzada de 7 metros de ancho que 1500. Además de esto si sumas que los cajones están de adorno, que no valen para nada porque 3 minutos antes de la salida sueltan las cuerdas que los delimitan y la gente se va hacia adelante como si en ello les fuera la vida pues sucede lo que sucede, que en un abrir y cerrar de ojos pasas de estar en una prueba de atletismo a estar en una autentica prueba de supervivencia, en una asquerosa y pésima batalla campal.

Además de esto, y ya que me he puesto, diré que no entiendo porque la gente no es más humilde y más sincera consigo misma y con los demás. No entiendo porque hay personas tan necesitadas de reconocimiento público, bueno, se me ocurren algunas razones pero creo que no es el lugar ni el momento de decirlas. Hay personas como Sergio Fernandez Infestas que aunque para su edad sean corredores extraordinarios no deberían salir en primera fila. Cada uno debería colocarse acorde a la marca que va a hacer, aproximadamente claro y las fotos dejarlas para antes o para después de la carrera. El otro día vi en la salida un lamentable espectáculo protagonizado por éste atleta que no por harto repetido me deja indiferente. Un atleta como Sergio, pequeño y frágil físicamente colocado en primera fila y saliendo muchísimo más despacio de lo que lo hace la cabeza de carrera es un estorbo, un tapón y un verdadero peligro para el resto de atletas a los que perjudica directa o indiractamente. Además de esto y por si lo dicho anteriormente os ha parecido poco, este atleta se llevó una liebre que parecía un armario ropero y que no dudó ni un momento en repartir hostias a diestro y siniestro con tal de que a su atleta nadie le entorpeciera el camino. El resultado de este dantesco cuadro fue que varios atletas, entre los que me incluyo, diéramos con nuestros huesos en el suelo. No obstante es de justicia decir que yo me caí porque tropece con Fabian Roncero que ya estaba en el suelo y no con Sergio, pero quería dejar esta crítica por escrito y quiero que conste que no tengo nada en contra de éste magnífico atleta, Sergio, todo lo contrario, es una fuente inagotable de ilusión y amor por este deporte.

No anduve ni dos metros y medio pelotón ya me había pasado por encima, pisado y magullado de tal forma que me fue imposible levantarme, me pisaron la cabeza y me partieron el tabique nasal y un diente. No recuerdo mucho más tras el golpe, de la conmoción quedé bastante mareado. Ahora estoy esperando una operación que esperemos y valga la redundancia me deje al menos como estaba. A toro pasado es muy fácil echar una mano, pedir perdón o decir palabras bonitas pero lo que realmente cuenta son los hechos, es lo que hacemos o como en Laredo el sábado, lo que no hacemos y que deriva en poner en peligro la integridad física de los atletas que corrimos la semana pasada en este bonito pueblo. Solo espero que este penoso suceso no vuelva a repetirse y que la organización no cometa los mismos errores que me van a hacer pasar a mí por el quirófano ya que a nadie le deseo el mal trago que el otro día tuve que pasar yo.



Empecé la entrada diciendo que las penas nunca vienen solas y quiero terminarla diciendo que una vez le pregunté a mi abuelo antes de que se muriera: "Yeyo, que es la vida - La vida Aarón es una mierda en la que tienes que encontrar algo por lo que luchar, cualquier cosa vale, algo que te ilusione, que te guste, un modo de vivir o una mujer, lo que sea pero que puedas luchar por ello a brazo partido, algo que te haga acostarte satisfecho y levantarte enérgico, algo que de sentido a tu vida y sin lo que no valdría la pena vivir. Cuando lo encuentres lucha, lucha hasta el final, nunca hagas caso a los demás y que nadie te diga jamás lo que debes hacer, levántate una y otra vez, nunca Aarón, nunca escúchame hijo, te rindas y nunca bajo ningún concepto te des por vencido".

Gracias Yeyo, quiero que sepas que si la vida me da un golpe yo le daré dos y si alguna vez se cruza en mi camino una razón por la que tirar la toalla yo la daré 8000 razones más por las que seguir luchando.

PTA: Nunca llovió tanto que no escampara